Diez mitos frecuentes en el procedimiento parlamentario
Como en cualquier disciplina, una práctica errónea en el procedimiento parlamentario puede reproducirse por desconocimiento. Durante nuestra práctica, hemos identificado varios mitos sobre el proceder parlamentario en algunas situaciones. Las aclaraciones realizadas en este artículo son hechas tomando en cuenta las autoridades parlamentarias más comunes en Puerto Rico.
A continuación, presentamos, sin ningún orden en particular, 10 mitos comunes en el procedimiento parlamentario. Para cada mito se incluye una breve explicación indicando por qué es falso y cómo corregirlo.
Mito 1: La cantidad de miembros en juntas y comités deben ser números impares
Falso. Aunque mayormente observamos que estos cuerpos contienen un número de miembros impar, no quiere decir que deba ser así obligatoriamente. No hay ningún problema en que estos grupos tengan un número par de miembros. Un argumento que tiende a surgir a favor del número impar es que evita los empates. Sin embargo, basta con que un miembro se abstenga o se ausente para que la posibilidad del empate exista. Así que un número impar de miembros no garantiza que no habrá empates.
Mito 2: Una votación que resulte en empate se debe repetir hasta lograr desempatar
Falso. Tal como hemos presentado en el artículo Cómo adoptar una autoridad parlamentaria y sacarle provecho, las autoridades parlamentarias tienen soluciones para los empates. Por ejemplo, según el Manual de procedimiento parlamentario de Reece B. Bothwell, autoridad parlamentaria más utilizada en Puerto Rico, en caso de empate la propuesta queda derrotada, pues no obtuvo una mayoría para ser aprobada. Por lo tanto, aún el empate logra una decisión y no hay por qué repetir la votación por esa razón.
Mito 3: En un debate debe haber igual número de participantes a favor y en contra
Falso. Se debe dar la oportunidad a un igual número de turnos, pero no tienen que ser utilizados todos ni en igual cantidad. Es decir, el debate puede permitir hasta 3 turnos a favor y 3 en contra, pero si al final 3 personas querían hablar a favor y solamente 1 en contra, se conceden esos turnos y luego se procede con la votación. Lo importante es proveer el espacio para que, si los miembros quieren utilizar los turnos, así lo puedan hacer.
Mito 4: Si el quórum se compone por “los presentes” quiere decir que no importa cuántos miembros haya presente durante la duración de la asamblea
Falso. Establecer quórum con los presentes, significa que el número que haya al inicio de la reunión se convierte en el quórum. Cuando un reglamento tiene esta disposición para el quórum, esta permite flexibilidad para poder realizar los trabajos, pero impone un número mínimo necesario de miembros presente para el resto de la reunión. Por ejemplo, si a la hora de comenzar la reunión había presentes 25 miembros, en ningún momento de la reunión puede bajar de ese número o se perdería el quórum. Puede haber más miembros que hayan llegado luego de establecido el quórum, pero no podrá reducirse de 25.
Debemos distinguir dos escenarios que a veces se tienden a confundir: (1) cuando el quórum lo constituyen los presentes y (2) cuando no hay requisito de quórum. El primer caso es el que acabamos de explicar. En el segundo caso, simplemente no hay un número mínimo requerido y aquí sí podemos decir que no importa el número de personas que fluctúe durante la reunión, los trabajos no se detendrán por falta de quórum. Un ejemplo de esta disposición se discute en otro artículo previamente publicado en que nos referimos a la nueva ley de condominios de Puerto Rico.
Mito 5: La directiva decide cuál será la agenda para una asamblea
Falso. La directiva prepara una agenda, pero es la asamblea quien decide. La agenda son los asuntos para tratar y el orden en que se atenderán. Cuando se envía una convocatoria, esta debe ir acompañada por la agenda. Sin embargo, esta agenda que se recibe es una propuesta. Será el cuerpo correspondiente (Asamblea, Junta, Comité, etc.) quien aprobará la agenda al inicio de su reunión. Los miembros pueden, por mayoría, realizar cambios a esta agenda. Estos cambios o enmiendas pueden causar que se establezca un orden diferente, que se eliminen asuntos e incluso que añadan asuntos (bajo ciertas condiciones). En nuestro artículo Guía para preparar la agenda de una reunión o asamblea abundamos sobre este asunto relacionado al procedimiento parlamentario.
Mito 6: Las enmiendas al reglamento propuestas por la directiva o comité no pueden ser enmendadas por la matrícula
Falso. Las enmiendas a un reglamento generalmente son preparadas por la Junta, un comité o mediante petición de miembros. Estas enmiendas son enviadas con anterioridad a todos los miembros y se presentan en la asamblea para ser consideradas. Durante la asamblea, las enmiendas pueden ser alteradas (enmendadas) por el voto mayoritario de los miembros. De este modo, si una enmienda propone aumentar una cuota que actualmente es $10, para que de ahora en adelante sea $20, ese número puede ser cambiado por la asamblea. Al final, la asamblea puede aprobar que la cuota sea de $15. Aquí hay otras consideraciones que deben tenerse en cuenta, pero que son materia de otro artículo. Pero el mensaje es que la asamblea no tiene que aceptar íntegramente lo que se envió como única alternativa, siempre puede (dentro de los márgenes permitidos) enmendar la propuesta.
Mito 7: Si hay una sola persona nominada al cargo queda automáticamente electa
Falso (a menos que así lo indique el reglamento). La asamblea siempre tiene el derecho de rechazar a una persona para un cargo, aún cuando se corra el riesgo de que tal cargo quede vacante. Cuando hay una sola persona nominada, lo que procede es consultar a la asamblea si hay alguna oposición a que esa persona quede electa. Si nadie se opone, la persona queda electa por unanimidad. Otra manera sería votar a favor o en contra de esa persona.
Mito 8: Dar por leído un documento significa que no se discutirá y que queda aprobado
Falso. Cuando la asamblea aprueba dar por leído algo no significa que no se discutirá o que quedó aprobado. Solamente quiere decir que no se leerá. Entonces se procede a discutir el documento, permitir correcciones o realizar el proceso que corresponda. Por ejemplo, una moción para dar por leída el acta solo implicará que no se leerá. Entonces se procede a permitir correcciones al acta y finalmente se tramita su aprobación. Lo mismo ocurre con un informe. Si se da por leído un informe, se procede a preguntas y respuestas sobre el mismo y cualquier otro trámite que la asamblea entienda pertinente.
Mito 9: Los informes se deben aprobar
Falso. Los informes no se aprueban, solamente quedan recibidos. Aunque a veces vemos cómo se procesan mociones para aprobar un informe, realmente estas mociones no son necesarias. De hecho, ni siquiera hace falta una moción para dar por recibido algo que ya se recibió (aunque también ocurre). Lo correcto es que el presidente declare el informe que se acaba de leer o entregar como recibido y prosiga con los trabajos. Por otro lado, cuando un informe tiene propuestas o mociones, estas sí pueden ser oficialmente presentadas para su aprobación. Si se llegara a procesar una moción para aprobar un informe, al aprobarse la moción, estas propuestas quedarían también aprobadas, pero sin la debida consideración y discusión.
Mito 10: La agenda de las reuniones extraordinarias sólo puede contener 3 asuntos
Falso. Las reuniones extraordinarias no tienen un límite específico de asuntos que pueda considerar, a menos que el reglamento así lo establezca. Una reunión extraordinaria puede tener una agenda con un solo asunto o con 25 asuntos. Sin embargo, es importante considerar qué asuntos realmente requieren ser atendidos en una reunión extraordinaria y cuánto tiempo quieres que dure esa reunión. Obviamente, a mayor cantidad de asuntos, más tiempo te consumirá.
Recomendación
Hay toda una serie de mitos respecto a prácticas del procedimiento parlamentario que debemos ir corrigiendo. Aquí recogimos 10 mitos muy comunes que encontramos regularmente, pero hay muchos más. Es importante que el parlamentarista que te asista en tu reunión pueda corregir estas prácticas con sensibilidad para no ofender a nadie y con claridad para que tu procedimiento sea efectivo. Siempre recuerda pedir información del parlamentarista que contrates (certificaciones, experiencia, preparación, etc.) para que te asegures que la persona no reproducirá estos mitos.
Para consultas
En Soluciones Parlamentarias, estamos disponibles para atender sus consultas y asistir en los procedimientos de tu reunión o asambleas. Puedes comunicarte con nosotros a través de solucionesparlamentarias@gmail.com o a los teléfonos (787) 624-1505 y (787) 299-6998.