Cómo adoptar una autoridad parlamentaria y sacarle provecho
Las organizaciones pueden adoptar una autoridad parlamentaria por la cual dejarse llevar y guiar sus procedimientos. Para hacer esto conscientemente, es necesario conocer las ventajas, desventajas y sus efectos. Aquí las presentamos.
En este artículo definimos qué es una autoridad parlamentaria, presentamos las autoridades más utilizadas y proveemos algunos ejemplos de casos que ilustran las ventajas y desventajas de tener una autoridad adoptada. También presentamos dos procesos para adoptar una autoridad parlamentaria en tu organización. Finalmente, informamos sobre las actualizaciones de las autoridades parlamentarias, su lugar en la jerarquía de las reglas que debe seguir la organización y la forma de sacar el mejor provecho de esta autoridad.
¿Qué es una autoridad parlamentaria?
Una autoridad parlamentaria es generalmente un libro de reglas que describe la manera de llevar el procedimiento parlamentario en reuniones y asambleas y qué hacer en diferentes circunstancias. El libro describe, entre otras cosas, diferentes tipos de mociones y la forma en que pueden utilizarse.
Como estos libros son escritos por algún autor, nos referimos al nombre del autor para hacer referencia a esa autoridad. Por ejemplo, para referirnos al Manual de Procedimiento Parlamentario del Dr. Reece B. Bothwell (autoridad parlamentaria más utilizada en Puerto Rico), decimos que “la autoridad parlamentaria de esta organización es Bothwell”. Otra autoridad parlamentaria muy utilizada, principalmente en Estados Unidos, es Robert’s Rules of Order del General Henry M. Robert. En estos casos decimos que “la autoridad parlamentaria es Robert”.
No es obligatorio tener una autoridad establecida para tu organización, pero es muy recomendable. Si la tienes adoptada oficialmente debes seguirla como si fuera parte de tu reglamento.
Ventajas y desventajas
El beneficio general de tener una autoridad es que tienes una guía oficial para los procesos, tanto en asambleas como fuera de ella (donde apliquen aspectos procesales). Si esta autoridad funciona para la organización y se mantiene, con el tiempo habrá un entendimiento común entre los miembros y se facilitarán los debates.
Así mismo, cuando surge un problema o una duda sobre un proceso, no se toman decisiones arbitrarias, sino que se recurre a la autoridad para aclarar qué debemos hacer. Por ejemplo, ¿qué hacer si al votar por una propuesta la votación resulta en empate? Bothwell dice que en caso de que una votación resulte en empate (votación con igual número de votos en cada lado) la propuesta es derrotada. Es decir, todo se mantiene como originalmente estaba. Esto puede ser una ventaja, pues ya está establecido cómo proceder y no permite una manipulación que pudiera resultar conveniente para alguna de las partes.
Por otro lado, puede presentar la desventaja de limitar otras opciones y alternativas. Por ejemplo, otras autoridades requieren el lanzamiento de una moneda para desempatar o permitir a la presidencia un voto adicional. En lo personal, entiendo que lanzar una moneda u otorgar un voto adicional comienza a limitar la democracia, pues deja al azar la decisión o le otorga más poder a un miembro sobre los demás. Me gusta el proceso establecido por Bothwell, pues en caso de fuerzas iguales opuestas nada se mueve, lo cual es paralelo a que en caso de empate nada cambia, nada se aprueba.
¿Cuál es la mejor autoridad para tu organización?
No hay una respuesta única. La mejor autoridad será la que mejor facilite los procesos en tu organización y esto dependerá de las características del grupo y su cultura organizacional. Por ejemplo, si usas a Bothwell tienes la ventaja de que es en español. En Puerto Rico, indiscutiblemente esto permitirá que más miembros puedan tener acceso a la autoridad parlamentaria. Si usas a Robert, aunque es en inglés, contiene aspectos no considerados por Bothwell y permite resolver controversias más complicadas. Sin embargo, a veces las organizaciones no necesitan tantas reglas y pueden llegar a acuerdos con reglas más sencillas. Otras autoridades presentarán otras posibilidades. Como se observa, no hay una fórmula única y se deben considerar los beneficios de la posible autoridad que se adopte. De todas maneras, si encuentran que la autoridad adoptada no facilita los trabajos, siempre pueden enmendar el reglamento para cambiar la autoridad.
¿Cuál es el proceso para adoptar una autoridad parlamentaria?
Una forma de adoptar una autoridad parlamentaria es incluyéndola en el reglamento. Usualmente, una de las disposiciones finales del reglamento establecerá cuál autoridad guiará los procesos de tu organización. En ocasiones se establece una autoridad en primera instancia y una en segunda. En este caso la disposición en el reglamento diría algo así: “La autoridad parlamentaria será en primera instancia el Manual de Procedimiento Parlamentario de Reece B. Bothwell, última edición, y en segunda instancia Robert’s Rules of Order, última edición.”
Otra manera, en los casos donde el reglamento no lo establezca, es aprobar al inicio de la asamblea o reunión cuál será la autoridad parlamentaria para esos trabajos. Esto se aprueba por mayoría y tiene el único efecto de atender los asuntos de esa reunión.
Actualizaciones
Muchas autoridades parlamentarias son revisadas regularmente. Por ejemplo, Robert’s Rules of Order publicó su onceava edición (11th edition) en el año 2011 y está por publicarse la duodécima edición (12th edition) en septiembre de 2020. En Puerto Rico, la última edición de Bothwell (cuarta edición revisada y actualizada) se publicó en el año 2009. Estas nuevas revisiones consideran cambios observados en la disciplina que son incluidos para poder manejar efectivamente las situaciones.
Adicionalmente, las organizaciones de parlamentaristas como la Asociación de Parlamentaristas de Puerto Rico o NAP y AIP en Estados Unidos discuten nuevos casos o tendencias que se identifican para el conocimiento de sus miembros y el público interesado.
Jerarquía de reglas
Recordemos que hay una jerarquía de autoridades que establecerá cuál disposición tiene supremacía. Aunque la autoridad parlamentaria es importante y en la mayoría de las situaciones nos dirá cómo proceder, no debemos olvidar que las leyes correspondientes y el reglamento siempre tendrán mayor jerarquía. Es decir, si en algún asunto el reglamento dice algo contrario a la autoridad parlamentaria, el reglamento prevalece.
Por otro lado, si se observa que hay un procedimiento que por uso y costumbre se ha llevado contrario a la autoridad parlamentaria adoptada, la autoridad parlamentaria prevalece. En este caso, la acción que se realizaba por uso y costumbre debe cambiarse por el procedimiento establecido en la autoridad.
Educación
Como con cualquier otra herramienta, el mayor provecho de una autoridad parlamentaria se verá si se educa a los miembros sobre su buen uso. Si los miembros conocen y dominan unos aspectos básicos del procedimiento parlamentario se facilitan las decisiones y se ahorra tiempo.
Consideremos un ejemplo donde no conocer el procedimiento puede provocar interrupciones innecesarias. Quien conoce el procedimiento sabe que durante un debate habrá unos turnos para que las personas puedan expresarse a favor del asunto y otros turnos para expresarse en contra. Supongamos que estás en contra del asunto que se está considerando. Como sabes que habrá la oportunidad de expresarte, esperas tranquilamente que quien habla a favor termine su turno, aunque sus razones para favorecer el asunto sean tan disparatadas que casi te hagan brincar de tu asiento. Luego de que esa persona termina, dispones de tu turno para proveer tu perspectiva o corregir el disparate dicho por la otra persona. Ese es el escenario ideal para alguien que conoce el procedimiento. Sin embargo, si no conocemos sobre este procedimiento nos podemos sentir muy tentados a interrumpir con urgencia a quien esté hablando para presentar nuestra oposición. En este escenario, aún cuando tengas razón, no estarías siguiendo el proceso, interrumpirías indebidamente y atrasarías los trabajos de forma innecesaria.
Reglas especiales
Las autoridades parlamentarias permiten la adopción de reglas especiales para una reunión o asamblea que suplementan o modifican aspectos de la propia autoridad. En un próximo artículo presentaremos este tema con recomendaciones sobre cómo preparar estas reglas especiales de procedimiento.
Para consultas
En Soluciones Parlamentarias, estamos disponibles para atender sus consultas y asistir en los procedimientos de tu reunión o asambleas. Puedes comunicarte con nosotros a través de solucionesparlamentarias@gmail.com o a los teléfonos (787) 624-1505 y (787) 299-6998.